Sí, lo acepto.
Soy de esas que llegan media hora tarde y sonríen mientras piden perdón, de las que hace la maleta cinco minutos antes de salir de viaje. Acepto que soy la más cabezota y negativa del planeta, que llevo el móvil en el bolsillo aunque sea cancerígeno y que primero actúo y luego pienso.
Soy el ser más imperfecto y reconozco cada uno de mis defectos..
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