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martes, 19 de abril de 2011

Una conciencia intranquila, fruto de aquel desamor.


- ¿Sabes? He llegado a una conclusión, - le dije sin dejar lo que estaba haciendo – el amor es como las gomas para el pelo.
Confuso, intentó analizar e asimilar la frase.


 ¿Cómo? ¿Gomas para el pelo?
- Si, guardan cierta similitud. Mira, las gomas de pelo son elásticas, se pueden estirar, estirar y estirar y siempre volverán a su forma. Las estiraras tantas veces como quieras y siempre volverá a recuperar su forma pero, con el tiempo, empezará a ceder. Cada vez le costara más recuperar su aspecto inicial. 

-Entonces será cuando te des cuenta de que ya no es la goma que era antes, ya no te sostiene con la misma fuerza el pelo e incluso alguna vez necesitaras de otra goma para que quede bien sujeto. Comenzará a deformarse cada vez más, hasta que un día, se rompa y quede inservible.

- ¿Y entonces qué?
- Utilizas otra, ¡si será por gomas!
Desconcertado, o más bien, preocupado arqueó una ceja y me miro perplejo.
- ¿Me estas queriendo decir algo?
Sonreí.
- No, yo hace tiempo que no me recojo el pelo.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho tu blog:)
    Te sigo, si quieres te dejo mi blog y nos seguimos mutuamente :)
    http://queereslomejorquemehapasado.blogspot.com/

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